miércoles, 22 de mayo de 2013

¿Cometa, barrilete o papalote?

Foto: Melissa Gold P.
Hace unos días pude dar un paseo cerca de las riberas del río de La Plata. El cielo lleno de colores y hizo de un día ventoso algo diferente.

La cometa es tanto un juguete como un deporte. Es básicamente un objeto más pesado que el aire que logra volar gracias a la fuerza del viento y a los hilos que la mantienen en su posición correcta desde la tierra.

Si bien el volar cometa nació como un medio de comunicación en China, hoy es un divertido juego para niños y una actividad que puede realizarla cualquiera, con diferentes dificultades y hasta participar de competencias - muy populares desde 1980 - en los que participan cientos de personas. Sirvió de instrumento a Benjamín Franklin en su experimento atmosférico y sirvió de inspiración para otros "objetos voladores" como planeadores, parapentes, etc. Incluse aparece en la literatura en una de las aventuras del espectacular Julio Verne.

Algunos datos interesantes y quizá curiosos tienen que ver con marcas o récords. ¿Te interesa? A mi sí, pues me llama mucho la atención.

Algunos récords:
- Altura: Más de 9740m en 1979.
- Duración de vuelo: 180 horas y 17 minutos.
- Longitud: 1034m en 1990. El Kraken, una cometa francesa en forma de monstruo con cola inmensa.
- Número de cometas simultáneas: 11,284 en 1990.
- Superficie: el MegaFlag del neozelandés Peter Lynn (1000 m²)
- Mayor cantidad de personas que remontaron la misma cometa: en 1921, 234 personas tiraron del hilo de una pipa en Moruyu (Brasil).

Este curioso objeto tiene muchos nombres dependiendo del país o región en la que se la utilice:

Se llama BARRILETE en Argentina, Uruguay, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, México y la costa caribeña de Colombia.

Es CHICHIGUA en República Dominicana.

En Puerto Rico y en zonas de Cuba es una CHIRINGA.

El tradicional nombre de COMETA se utiliza en Colombia, Ecuador, Perú, Nicaragua, Panamá, Uruguay, en el Estado Táchira de Venezuela y algunas veces en México y Chile.

En Nicaragua se llama LECHUZA.

PANDORGA es el nombre común en Paraguay, en algunas provincias de Argentina (Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Misiones, santa Fe, Santiado del Estero), en zonas del litoral en Uruguay (Salto, Soriano, Paysandú) y en pocos estados brasileños (Santa Catarina, Río Grande del Sur)

El original nombre de PAPAGAYO - como el ave colorida - se usa en Venezuela, y el sureste de México, en estados como Campeche, Yucatán y Tabasco.

PAPALOTE es común en Cuba, Costa Rica y México. Esta es una palabra que se origina en el vocablo náhuatl papálotl que se usa para nombrar a la mariposa.

En Honduras sin embargo se llama PAPELOTE.

Al noroeste de Venezuela, en el Estado Zulia se llama PETACA.

PIZCUCHA es el curioso nombre que recibe en El Salvador.

VOLADOR es en Bolivia y en estados del este y sur de Venezuela (Anzoátegui, Bolívar, Monagas, Nueva Esparta y Sucre)

El divertido nombre de VOLANTÍN se utiliza en Chile, en Bolivia (Cochabamba y Santa Cruz), en Argentina (Mendoza, San Juan, San Luis y Tucumán), en Venezuela (Falcón, Trujillo y Zulia) y en Puerto Rico (Aguadilla y Mayagüez)

Otro nombre usado en Venezuela es ZAMURA.
En Brasil se la conoce como PIPA, PAPAGAIO y ARRAIA.

En España recibe varios nombres: ABILUCHO, CACHIRULO, ABAECHO, BILONCHA o MILOCHA. También ESTEL y PANDERO. En Galicia es PAPAVENTOS. En Asturias en cambio, es SIERPE.

Increíble que a pesar del paso del tiempo estos objetos sigan capturando aun la imaginación de millones de personas en todo el mundo y siga siendo una divertida forma de pasar una tarde ventosa.

¿Y tú? ¿Volaste alguno de estos artefactos?

lunes, 20 de mayo de 2013

Los Glaciares que se van


Cerro, Glaciar y Laguna Torre, El Chaltén (Argentina) / Foto: Melissa Gold P.
 

Hace un par de meses tuve la gran suerte de viajar por algunos hermosos parajes de la Patagonia Argentina. Si bien el viaje estuvo lleno de hermosos paisajes, hubo algo que llamó poderosamente mi atención.
 
Catorce años antes, mi guía en la caminata a la Laguna Torre, había llegado a la zona con un grupo de amigos. Según me contó, en ese entonces sólo existían el cerro y el glaciar Torre, no existía ninguna laguna a los pies de estas maravillas. Sin embargo, menos de quince años más tarde, frente a nuestros ojos se extendía una hermosa y enorme laguna, bloques de hielo de los naturales desprendimientos del glaciar flotaban sobre ella.
 
Si esto pasó en menos de dos décadas... ¿Cómo se verá esta zona en los próximos veinte años? ¿Subirá drásticamente el nivel de la laguna? ¿Quedarán sólo algunos vestigios del antes magestuoso glaciar? ¿Será posible visitar este lugar maravilloso?
 
El glaciar Torre es otro de los glaciares del mundo que se encuentran en retroceso, en balance negativo... En otras palabras, se desprende y derrite hielo a mayor velocidad del que se vuelve a producir.


Deshielo Glaciar en Laguna Torre, El Chaltén (Argentina) / Foto: Melissa Gold P.
Allá por 1837, el suizo Louis Agassiz lanzó su teoría. Ella decía que "las formas actuales del paisaje habrían sido provocadas por antiguos glaciares en movimiento", desestimando la teoría del diluvio universal, aceptada como verdad hasta ese momento. Según esta teoría, los glaciares habían formado los valles, erosionado las montañas y excavado territorios inmensos.


Hoy se sabe que el hielo de los glaciares no es más que la compresión de la nieve por efecto de su propio peso. Siguiendo esta lógica simple, para que se forme un glaciar o uno existente renueve sus hielos, es fundamental que la cantidad de nieve caída en determinada zona a lo largo de determinado periodo sea mayor a la derretida. Esto depende en gran medida de la temperatura del lugar, altura, presión atmosférica, etc.

Es natural que a medida que se acumula la nieve y va ejerciendo presión, el glaciar empiece a moverse. Ríos internos van creando grietas que luego provocan la ruptura de enormes masas de hielo, dando lugar a nuevas formaciones. Lo curioso de los últimos años es que la mayoría de los glaciares estudiados han sufrido un retroceso preocupante y no han recuperado su volumen.


Glaciar Piedras Blancas, El Chaltén (Argentina) / Foto: Melissa Gold P.

Cerca del 97% del hielo del planeta está concentrado en la Antártida (84.5%) y Groenlandia (12%), concentrando el 98% de las reservas de agua dulce del planeta entero.

Desde los años 80 el retroceso de los glaciares se ha acelerado tremendamente si lo comparamos con otros periodos de la historia. Los glaciares del Monte Kilimanjaro disminuyeron un 73%, el mayor glaciar del Monte Kenia perdió un 92% de su masa. De los 27 glaciares documentados en España en 1980, hoy sólo existen 13.

El 71% de los glaciares tropicales del mundo se encuentran en el Perú, se estima que un 22% de la superfiecie de estos glaciares desapareció en los últimos 30 años. Y los ejemplos se siguen sumando, uno tras otro de manera preocupante.
¿Y por qué es preocupante? Pues porque las reservas de agua del planeta van decreciendo, se incrementa el riesgo de aluviones y derrumbes debido a nuevas lagunas que se forman en zonas de alta montaña y porque todos estos cambios de alguna manera afectan también el clima de diversas zonas.
 
A pesar de lo que creen los escépticos, la gran evidencia visual que se ha registrado en el último par de siglos debe ser considerada como mínimo, como digna de estudio o como mínimo de observación.
 
Para mi fue muy claro, algo está pasando y no es nada bueno. Quizá si ponemos de nuestra parte y aprendemos un poco más al respecto, seremos capaces de entender mejor la situación, cambiar pequeños hábitos que aunque no parezcan de mucha ayuda, podrían significar un inmenso y positivo cambio si más y más gente toma conciencia y valora lo que todavía nos da la naturaleza.
 

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